jueves, 15 de marzo de 2007

El cerillo que incendiará la pradera
Maite Reyes-Retana
Publicado el 19 de julio de 2006 en Milenio Diario

El Partido de la Revolución Democrática tiene mucho que festejar. Nunca en su joven historia había ganado tantos espacios en el Legislativo. Además, es ya la segunda fuerza política a nivel nacional.
Sin embargo, ninguno de los futuros Diputados o Senadores ha tenido tiempo de celebrar su triunfo. Ni siquiera Leonel Cota, que será recordado como el presidente perredista que más espacios le granjeó a su partido, ha podido mostrarse contento u orgulloso por los espacios ganados.
Todos están dedicados a defender el supuesto triunfo de AMLO. No sé si lo hacen por convicción o por obligación, lo que sí me queda claro es que ninguno de ellos está dispuesto a renunciar a su curul. Cuestionan la elección presidencial, pero afirman que su triunfo sí es limpio... incongruencias del oportunismo.
Resultará interesante, en las próximas semanas, observar cuantos de ellos acompañarán a López Obrador en su aventura. Los gobernadores deben volver a sus obligaciones y los legisladores asumir funciones a finales de agosto ¿Quién se quedará pues con el Rayito de Esperanza? Sin duda los desesperados, los que pierden si pierde él, los que le apostaron todo al triunfo de AMLO.
Manuel Camacho, por ejemplo, que sabe que las Redes Ciudadanas serán virulentamente criticadas por el perredismo en su conjunto en cuanto inicie el proceso de autocrítica.
Si el TEPJF ratifica a Calderón como el ganador de la contienda, el PRD se enfrascará en una guerra intestina, en la que las acusaciones estarán a la orden del día. Y, puesto que la autocrítica y la responsabilidad para asumir los propios errores nunca han sido cualidades de nuestros políticos, podemos prever que la tónica será más bien la de culpar al de enfrente. Los más vulnerables serán, en este escenario, los no perredistas, aquellos que no están identificados ni protegidos por ninguna tribu.
Camacho expresa su desesperación en su columna periodística: “… (El TEPJF) tiene en sus manos el cerillo que incendiará la pradera o el tanque de agua que la mojará… Si el TEPJF funciona, las instituciones se fortalecerán. Si no, el conflicto se irá a los enfrentamientos en las calles, al desbordamiento de la fuerza pública y al dilema de la intervención de las fuerzas armadas”
Su futuro depende del de AMLO; y como él están varios. La batalla, no nos engañemos, no es por defender principios democráticos, sino que es un asunto meramente personal.

mreyesretana@yahoo.com

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