jueves, 15 de marzo de 2007

Carlos Tello y el monstruo

Maite Reyes-Retana
Publicado el 14 de marzo de 2007 en Milenio Diario
Asistí, el martes pasado, a la presentación del libro 2 de julio, de Carlos Tello. La entrada era libre, por lo que no creo equivocarme al afirmar que el autor tenía bien calculado el riesgo de que se aparecieran los lopezobradoristas a boicotear el acto.
Lo cual, evidentemente, sucedió. Al terminar la presentación, y cuando el moderador invitaba al público a hacer sus preguntas, treinta o cuarenta personas se levantaron de sus asientos con cartulinas y gritándole “mentiroso” a Tello.
La sesión de preguntas y respuestas se tuvo que cancelar y se perdió, así, una oportunidad irrepetible para que los pejistas pudieran plantearle a Tello sus dudas e inconformidades. En vez de eso, se ocultaron en el anonimato que proporciona la muchedumbre y reventaron un acto que podía haber sido muy enriquecedor, intelectualmente hablando. El debate y la discusión fueron reemplazados por gritos e insultos.
Salí con el resto del publico del salón del hotel y oí como uno de los manifestantes, aprovechando la presencia de cámaras, expresaba, con toda tranquilidad, una frase demoledora: “¿Qué, ahora democracia es dejar que cualquiera diga lo que quiera?”. Así, tal cual, lo dijo el simpatizante del candidato de la izquierda, esa que debería ser tolerante y, por redundante que suene, democrática.
Tal vez de manera muy romántica, yo pasé muchos años pensando que la izquierda estaba del lado de la inteligencia, de la crítica, de la creación intelectual y artística, de los movimientos más progresistas. Creía que los que quemaban libros y condenaban autores eran los otros, los “fascistas de derecha”.
Hoy, parece que los roles se han invertido. La izquierda mexicana o, para ser más exacta, el perredismo lopezobradorista, no es más que un compendio de sus peores vicios, un monstruo de muchas cabezas. Las dos más visibles son el autoritarismo y el fanatismo, y de ellas se desprenden la falta de reflexión y de autocrítica.
Hoy, cuando el partido de la derecha es gobierno por segunda vez, necesitamos un partido de izquierda fuerte, capaz de ser un contrapeso real al PAN, una izquierda pensante y progresista. El PRD ya no es esa opción, a menos de que se deslinde decididamente del lopezobradorismo.
Si en 1988 los intelectuales más destacados del país abrazaron la lucha del FDN; hoy se han alejado ante la cerrazón del PRD y el vacío dejado por estas figuras fue de inmediato llenado por grupos clientelares, desgraciadamente.
¿Qué le puede deparar el futuro a un partido carente de principios e ideas?

mreyesretana@yahoo.com

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