viernes, 6 de julio de 2007

El PRI, como novia de pueblo
Publicado en Milenio Diario el 27 de junio de 2007

En 2006, y por primera vez en su historia, el PRI se convirtió en la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados. Sin embargo, su capacidad de negociación es mayor en esta legislatura que en la anterior.
Hace poco tuve una charla con el diputado César Duarte, Coordinador del Sector Campesino del PRI en la Cámara de Diputados, quien no dudó al afirmar que: “La correlación de fuerzas es distinta. Nosotros éramos mayoría simple y ahora somos la tercera fuerza. Pero puedo decir también que la circunstancia política es mejor para el PRI, pues la conformación de fuerzas en el país, y la relación PAN-PRD, nos ha permitido ser fiel de la balanza”.
La discusión de la reforma fiscal seguramente le dará la razón al Diputado Duarte. El PRD, a pesar de las bravuconadas de Carlos Navarrete y Juan Guerra, ya decidió rechazar la propuesta gubernamental. Tal vez el triunfo de Godoy en Michoacán provocó que las tribus se dieran cuenta de que AMLO sigue siendo la figura que más pesa en el perredismo y, por lo tanto, decidieron obedecerle.
Al día de hoy, y como ya es costumbre, el partido del sol azteca ha optado por marginarse de la discusión de los temas nacionales, perdiendo, así, la posibilidad de negociar, aunque fuera, la inclusión de algunas de sus propuestas.
Al gobierno le toca, pues, seducir al PRI que, no hay que dudarlo, se pondrá sus moños. Para empezar, hicieron a Agustín Carstens desplazarse hasta Mazatlán para explicarles, personalmente, los alcances de la reforma.
Al concluir la reunión, el coordinador de los diputados priístas, Emilio Gamboa, simplemente comentó que “estudiarían y discutirían la iniciativa con detenimiento, sin prisas ni presiones”. Están como novia de pueblo: hacen como que si y a la mera hora no.
Porque los tricolores saben, igual que esas novias de pueblo, que tienen al hombre en sus manos, dispuesto a cumplir cualquier capricho con tal de ganarse su favor.
Pero, porque siempre hay un pero, el PRI tiene que decidirse rápido y jugar sus cartas con inteligencia ¿Que tal que, en una de esas, los perredistas decidan liberarse de AMLO para, por ejemplo, posicionarse hacia la renovación del CEN, y acepten aprobar la reforma, con modificaciones?
Si los Chuchos se hicieran con la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, e intentaran mostrar ante los electores una cara menos radical que la pejista, no sería raro que se sentaran a negociar con el gobierno.
El PRI tiene que darle más a Calderón, si no quiere perder su privilegiada posición actual.

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