martes, 5 de junio de 2007

El dictador que llegó para quedarse
Publicado en Milenio Diario el miércoles 30 de mayo de 2007
Pinochet llegó al poder, a través de un cruento golpe de Estado, el mismo año que yo nací; Argentina entró al horror de la dictadura cuando yo tenía tres años. Por lo tanto, viví el autoritarismo sudamericano en la más completa inconciencia, sin saber como se gestaba una dictadura, si existían síntomas previos de descomposición o que pasos seguían los golpistas para hacerse del poder.
Después, cuando crecí, me preguntaba como era posible que el mundo hubiera presenciado los horrores pinochetistas o las desapariciones argentinas sin intervenir ¿Porque nadie había hecho nada?
Y más increíble aun me parecía encontrar textos que justificaban la dictadura: que si Allende llevaba a Chile a la debacle económica y el Ejército tuvo que intervenir, que si la tortura y las desapariciones en Argentina eran parte de una guerra de los militares contra los grupos subversivos, que si se defendían los valores de la nación y de los ciudadanos de bien y un largo etcétera.
Pero lo peor es que nada aprendimos del pasado. Hoy vemos como Hugo Chávez no le renueva la concesión a Radio Caracas TV porque no le gusta lo que esa televisora muestra, y no solamente ningún gobierno se atreve a protestar, sino que además aparecen grupos de intelectuales dispuestos a justificar la medida.
Ahí está, por ejemplo, la carta que firmaron muchos de nuestros, supuestamente, más destacados intelectuales, en la que exigen que cesen los ataques contra Hugo Chávez.
Para nuestros pensadores, la acción de Chávez es loable: “Lejos de un acto autoritario, es una medida democratizadora por parte del Gobierno venezolano frente a un medio de comunicación que ha actuado facciosamente, instigando de modo obsceno al golpe de Estado de 2002, violado sistemáticamente la Constitución y sus leyes complementarias de Comunicación Social”.
O Camilo Valenzuela, tan orondo, celebrando a ritmo de mariachi la desaparición de RCTV en la Embajada de Venezuela, con la representación del PRD y afirmando que México tiene que aprender de Venezuela porque en ese país "están construyendo instrumentos de comunicación populares, sociales, y participativos".
Cualquiera podrá decirme que Chávez no es Pinochet o Videla porque no mata ni tortura, pero no perdamos de vista que la libertad de expresión es también un derecho fundamental de los pueblos ¿O nos vamos a esperar a que Hugo Chávez encarcele opositores para llamarlo dictador? Porque lo de golpear manifestantes, el partido único y la nacionalización de empresas e industrias ya empezó...

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