domingo, 22 de julio de 2007

Otra mentira del pejismo

Publicado en Milenio Diario el 18 de julio de 2007

El pasado 6 de julio se llevó a cabo, en Casa Lamm, un foro llamado "A un año de la controvertida elección presidencial del 2 de julio”. Los ponentes fueron Jaime Avilés, Luis Javier Garrido y Claudia Sheinbaum, la mera intelectualidad pejista.
En medio de las acusaciones de fraude, ya por todos conocidas, Avilés quiso impactar a la audiencia, pejista en su gran mayoría, hablando de Carlos Ahumada y sus ligas con algunos periodistas y personajes de la política. Seguramente envalentonado por los aplausos del público cautivo que lo escuchaba, declaró: "... no podemos olvidar que en 1998, cuando se preparaban las elecciones para la gubernatura de Veracruz, Cuauhtémoc Cárdenas propuso que Morales Lechuga fuera el candidato del PRD al gobierno de Veracruz, cosa a la que se opuso Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente del partido.”
Lo dicho por Avilés es una absoluta mentira, y me atrevo a afirmarlo por la simple razón de que yo, personalmente, estuve en el Congreso del PRD en el que se discutió la candidatura de Morales Lechuga, en Oaxtepec. Estuve ahí los cinco días que duró el Congreso, escuché las discusiones y también los comentarios de pasillo. Cuauhtémoc Cárdenas fue el principal opositor a que Ignacio Morales Lechuga fuera el candidato del PRD a la gubernatura de Veracruz, esa es la única verdad.
El 23 de marzo de 1998, en una extensa crónica del Congreso perredista, el periódico La Jornada, casa editorial de Avilés, publicó: “Unos minutos antes de las dos de la mañana comenzó el agarrón. Terminó hora y media después. Subieron a la tribuna para defender las razones del rechazo oradores de peso completo. Lo mismo Rosario Robles que Adolfo Gilly....Los lechuguistas llegaron a gritarles a sus compañeros, a manera de insulto: ``¡Jijos de Cárdenas!'', y la emprendieron contra el jefe del gobierno de la ciudad, al que se refirieron con sarcasmo como ``líder moral''....Los dos bandos --lechuguistas y antilechuguistas-- tomaron posiciones a los lados del presídium. Con los segundos estaban Cuauhtémoc y Lázaro Cárdenas Batel.”
Jaime Avilés mintió descaradamente, confiando seguramente en que la gente no lee y, la que lee, no tiene memoria. Por desgracia para él, algunos sí nos acordamos y, yo al menos, observo con profunda tristeza el circo de engaños y calumnias en que se ha convertido la izquierda mexicana.
¡Y Avilés todavía cree que tiene la autoridad moral suficiente como para juzgar a otros periodistas! Casualmente, a los más críticos e independientes....
Jorge Hank Rhon
Publicado en MIlenio Diario el 11 de julio de 2007

En 1991, Jorge Hank Rhon conducía su automóvil en San Diego con Blanca, una tigresa de cuatro meses, mezcla de siberiano y tigre de Bengala blanco, en la parte trasera. La leyenda dice que Jorge la había traído de su zoológico privado en Tijuana a la isla de Coronado, en los Estados Unidos, para que la gatita jugara con su hermana.
Como los tigres blancos se encuentran en peligro de extinción, y esta valía cerca de 45 mil dólares, Hank terminó perdiendo al animal, primero en las aduanas y después en el zoológico de San Diego, y pagando una multa de 25 mil dólares.
En mayo de 1995 Hank Rhon fue detenido, en el aeropuerto de la ciudad de México, con un cargamento que incluía pieles de animales en peligro de extinción. Tres años después fue exonerado.
Claro que una multa de 25 mil dólares no es mucho para un hombre cuya fortuna asciende, según sus últimas declaraciones, a cerca de 1000 millones de dólares. Tampoco deben afectarle demasiado las acusaciones por tráfico de animales, si ya ha superado las de asesinato, narcotráfico y lavado de dinero.
Tampoco le importó que, en julio de 2000, un reporte confidencial del Centro Nacional de Inteligencia para el Narcotráfico, filtrado por El Financiero y luego por el Washington Post, examinara las operaciones criminales de los Hank y su impacto en los Estados Unidos con información obtenida por la DEA, el FBI, el servicio de aduanas, la CIA y la Interpol. La conclusión fue contundente: “El grupo Hank representa una amenaza criminal significativa para los Estados Unidos. Su imperio multibillonario de negocios y crimen, desarrollado durante varias décadas, alcanza a los EE.UU. desde México.”
Moraleja: En el México panista, democrático y moderno todavía quedan intocables.
Con V de Vendetta
El 14 de febrero escribí en este espacio que “...los líderes de Nueva Izquierda, en vez de lanzarse directamente sobre AMLO o sobre Ebrard, golpean a Fernández Noroña. El próximo en su lista será seguramente Leonel Cota”.
Me equivoqué de persona, pero mi hipótesis se confirma: Ricardo Monreal es el chivo expiatorio que pagará los platos rotos de AMLO y las ansias de poder de los Chuchos. Mientras, Leonel Cota se cura en salud y enfoca los reflectores hacia el oportunismo del zacatecano, no vaya a ser que a alguien se le ocurra fijarse en él.
Aunque, a raíz de la reunión en la que el “Presidente Legítimo” externó su sorpresa por el sobredimensionamiento que el PRD le ha dado al caso Monreal, todo puede cambiar. Donde manda capitán...

viernes, 6 de julio de 2007

Monreal no tiene la culpa
Publicado en Milenio Diaro el 4 de julio de 2007

He leído en diversos medios que, el pasado domingo, el PRD sufrió uno de sus mayores descalabros. En efecto, la elección en Zacatecas significó un serio retroceso para el partido del sol azteca, y dejó además en evidencia el nivel de descomposición de su vida interna.
Sin embargo, no coincido con los que aseguran que Zacatecas y la caída de AMLO en las preferencias electorales sean el principio del fin del perredismo.
Si revisamos los resultados electorales del PRD, desde que, en 1988 se presentó a las elecciones como FDN, veremos que la historia se repite: en 1988, y a pesar del monumental fraude, a Cuauhtémoc Cárdenas se le reconocieron oficialmente 6 millones de votos, es decir el 31.06% del total.
Sin embargo, tres años después, en las elecciones intermedias, el PRD no alcanzó más que el 8% de la votación, y la bancada perredista pasó de 126 a 41 diputados federales.
En 1994 el sol azteca se recuperó un poco y se alzó con el 16.31% de los sufragios, muy lejos del 25.59% que alcanzaría en 1997. En ese año, el PRD ganó 29 de los 30 distritos federales que se disputaron en la capital y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sólo perdió dos de 40 posiciones de mayoría. En cuanto a la votación para jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas ganó con el 48% de la votación.
En 2000, el Partido de la Revolución Democrática volvió a un lejano tercer lugar, al no obtener su candidato presidencial más que el 16.04% de los votos. La disputa por la capital fue muy reñida, y López Obrador le ganó a Santiago Creel por apenas tres puntos porcentuales.
En 2003 el PRD se recuperó ligeramente, al lograr el 17.6 % en la elección federal. En la ciudad de México, ganó en casi todas las posiciones: obtuvo el triunfo en 14 de las 16 delegaciones y una holgada mayoría en la Asamblea Legislativa
Finalmente, en 2006 el perredismo logra su mayor nivel de votación, al obtener su candidato el 35% de los sufragios. En la capital, Marcelo Ebrard alcanzó 2 millones 212 mil 512 votos, 47.08 por ciento del total.
La lección está clara: la población no vota por el PRD, sino por sus figuras. El triunfo de 1997 es atribuible al arrastre del Ing. Cárdenas, lo mismo que el de 2006 se dio gracias a la popularidad de López Obrador.
El problema de la izquierda mexicana, que todavía no sabe cómo llegarle a los electores, no es atribuible ni a Monreal ni a Amalia, es más bien un conflicto que arrastra de origen y que tiene que ver con la falta de formación de cuadros y la incongruencia ideológica.
De las marchas y la parálisis gubernamental
Publicado en Milenio Diario el 20 de junio de 2007

Dice Francisco Hernández Juárez, eterno líder de la Unión Nacional de Trabajadores, que la ciudad de México ostenta el primer lugar mundial en marchas y plantones. Claro que a los habitantes de la capital no nos hace falta que nadie nos lo recuerde; estamos tan acostumbrados a dar rodeos para llegar a nuestras casas o lugares de trabajo que, cuando no hay tráfico, creemos que algo raro pasó.
Tan grave es la situación que ya provocó el primer enfrentamiento entre el GDF y el gobierno federal. Marcelo Ebrard y Javier Lozano se enfrascaron en una guerra verbal y epistolar por el plantón de la CNTE en la Plaza de la República, affaire también conocido como las “Casas Feo”.
Ante la demanda de aplicar la ley del Secretario de Trabajo, Ebrard contestó, como lo ha venido haciendo, que en la Ciudad de México no se reprimiría a los movimientos sociales, como si solamente se pudiera hacer valer la autoridad mediante macanazos.
Este asunto pone de manifiesto una disyuntiva en la que nuestros gobernantes se encuentran inmersos y que no han sabido resolver. Por una parte, parece que el recuerdo de la matanza de Tlatelolco les impide actuar con firmeza, temiendo ser acusados de represores o comparados con Gustavo Díaz Ordaz.
Por otra parte, cuando la autoridad se decide a intervenir, lo hace con una brutalidad alarmante. Ahí están los casos de San Salvador Atenco y Oaxaca, con sus correspondientes muertos, por citar algunos ejemplos.
Es como si no existiera un punto medio, o como si los gobernantes desconfiaran tanto de su policía que prefirieran no mandarla a controlar una manifestación, de miedo a que aquello se convierta en una matanza. Pero, para los ciudadanos que a diario tenemos que circular por esta ciudad, la parálisis de las autoridades resulta insoportable.
Nadie le está pidiendo a Ebrard que reprima, solamente queremos que haga cumplir la ley, como lo hizo en los desalojos de la Ford y Tepito. Si en esos casos no le tembló la mano, ¿porque ahora prefiere no tocar a los que se manifiestan en contra la ley del ISSSTE?
¿Será, como dicen algunos, que está manteniendo vivo ese movimiento para que AMLO; en la celebración del primer aniversario de su derrota, se trepe en la cresta de la ola y se haga de una nueva bandera de lucha?
De ser el caso, y si Ebrard no ha sido aun capaz de deshacerse de la tutela de López Obrador, está poniendo en riesgo su futuro político y si no, que vea como le fue entre la opinión pública a Alejandro Encinas por solapar el plantón de Reforma.
El PRI, como novia de pueblo
Publicado en Milenio Diario el 27 de junio de 2007

En 2006, y por primera vez en su historia, el PRI se convirtió en la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados. Sin embargo, su capacidad de negociación es mayor en esta legislatura que en la anterior.
Hace poco tuve una charla con el diputado César Duarte, Coordinador del Sector Campesino del PRI en la Cámara de Diputados, quien no dudó al afirmar que: “La correlación de fuerzas es distinta. Nosotros éramos mayoría simple y ahora somos la tercera fuerza. Pero puedo decir también que la circunstancia política es mejor para el PRI, pues la conformación de fuerzas en el país, y la relación PAN-PRD, nos ha permitido ser fiel de la balanza”.
La discusión de la reforma fiscal seguramente le dará la razón al Diputado Duarte. El PRD, a pesar de las bravuconadas de Carlos Navarrete y Juan Guerra, ya decidió rechazar la propuesta gubernamental. Tal vez el triunfo de Godoy en Michoacán provocó que las tribus se dieran cuenta de que AMLO sigue siendo la figura que más pesa en el perredismo y, por lo tanto, decidieron obedecerle.
Al día de hoy, y como ya es costumbre, el partido del sol azteca ha optado por marginarse de la discusión de los temas nacionales, perdiendo, así, la posibilidad de negociar, aunque fuera, la inclusión de algunas de sus propuestas.
Al gobierno le toca, pues, seducir al PRI que, no hay que dudarlo, se pondrá sus moños. Para empezar, hicieron a Agustín Carstens desplazarse hasta Mazatlán para explicarles, personalmente, los alcances de la reforma.
Al concluir la reunión, el coordinador de los diputados priístas, Emilio Gamboa, simplemente comentó que “estudiarían y discutirían la iniciativa con detenimiento, sin prisas ni presiones”. Están como novia de pueblo: hacen como que si y a la mera hora no.
Porque los tricolores saben, igual que esas novias de pueblo, que tienen al hombre en sus manos, dispuesto a cumplir cualquier capricho con tal de ganarse su favor.
Pero, porque siempre hay un pero, el PRI tiene que decidirse rápido y jugar sus cartas con inteligencia ¿Que tal que, en una de esas, los perredistas decidan liberarse de AMLO para, por ejemplo, posicionarse hacia la renovación del CEN, y acepten aprobar la reforma, con modificaciones?
Si los Chuchos se hicieran con la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, e intentaran mostrar ante los electores una cara menos radical que la pejista, no sería raro que se sentaran a negociar con el gobierno.
El PRI tiene que darle más a Calderón, si no quiere perder su privilegiada posición actual.